EL YOGA Y LA AUTOPERCEPCIÓN

Hablar de la autopercepción es un tema que está muy en boga a partir de la lucha en pos de una identidad propia de varios grupos socio-culturales. En lo que concierne a la práctica del yoga, me gustaría abordar el tema desde lo que veo y experimento como practicante y como profesora en la mat.

Es muy común tener una imagen distorsionada de lo que es nuestro cuerpo físico. Estamos acostumbrados a vernos en el espejo para buscar defectos: estoy gordo/a, flaco/a, viejo/a, me salieron canas, tengo celulitis, etc. El discurso de la ética de la belleza hegemónica resuena fuertemente en nuestros cerebros, crecimos escuchándolo y es muy difícil hacer oídos sordos. 

Desde hace ya más de diez años que practico yoga con el método Iyengar, el cual, entre muchas otras cosas, hace especial énfasis en la alineación correcta del cuerpo (en lo que refiere a la práctica de asana, no quiere decir que sea solamente gimnasia, quiero aclarar) y a partir de las observaciones precisas y constantes de mi maestra, empecé a notar que tenía concepciones bastante erradas con respecto a mis dimensiones y mis formas. Resultó ser que el ancho de mis caderas, por ejemplo, era mucho menor de lo que pensaba. O que cuando me estiraba hacia adelante, estaba doblándome y cerrando otras partes. También (cosa que me sigue pasando) creía que estiraba bien los brazos, cuando en realidad los codos seguían flexionados. Y la lista continúa, pero ese no es el punto al que intento llegar.

Con los años, la dedicación y la disciplina, fui entendiendo que la autopercepción del cuerpo físico en la práctica del yoga no tiene que ver con lo que la mente genera a partir de lo que vemos en el espejo sino que se trata de aprender a procesar subjetivamente, por decirlo de alguna manera, la información que llega al cerebro desde los órganos y las extremidades del cuerpo.

El cuerpo humano cuenta con órganos cognitivos, conativos e internos. Los ojos, la nariz, los oídos, la piel y la lengua son nuestros órganos cognitivos y en la ciencia del yoga se los conoce como jñanendriyas. A través de ellos recibimos información acerca del mundo exterior, de todo aquello que nos rodea. La lengua, las piernas, las manos, el ano, el pene y la vagina entran en el grupo de los conativos o karmendriyas,y nos ponen en acción, en movimiento, Finalmente, están los órganos internos: el corazón, el páncreas, el bazo, los pulmones, el estómago, el hígado, los riñones, los intestinos, el cerebro, etc., que se encargan de procesar, almacenar y/o desechar la información/alimento que el cuerpo recibe de los otros dos grupos.

Según la definición del yoga que encontramos en el Hatha Yoga Pradiprika, uno de los dos libros fundacionales de la filosofía del yoga, la práctica es "el aquietamiento de las fluctuaciones de la respiración." Según los Yoga Sutras de Patánjali (el otro texto fundacional), es "el aquietamiento de las fluctuaciones de la mente." Los dos se refieren a lo mismo: cuando regulamos el ritmo de las inhalaciones y de las exhalaciones, experimentamos calma mental. Cuando estamos en la mat y nos concentramos en la respiración, en seguir las instrucciones de nuestr@ maestr@, podemos colocar los sentidos (u órganos cognitivos), los órganos de acción y los internos en el aquí y el ahora, logrando aquietar las oscilaciones de la mente y percibirnos tal cual somos.

Si lo queremos ver desde un punto de vista más científico u occidental, nos podemos referir al sistema propioceptivo, que es el que se encarga de que el cerebro sepa la posición exacta de todas y cada una de nuestras partes todo el tiempo. Es nuestra capacidad de procesar la información que llega desde los sentidos acerca de nosotros mismos y de nuestros alrededores, y de accionar a partir de ella.

El yoga es la búsqueda constante del sí-mismo, es la unificación de todas y cada una de las partes que nos componen: el cuerpo, el alma y la mente. No existe la perfección, es un valor, un juicio, una palabra, una cosa creada por el humano. Lo que importa, a la hora de practicar, es mantener la actitud del aprendiz, entendiendo que cada momento es singular y que no hay un ideal de postura ni de cuerpo ni de apariencia ni de nada. La práctica es el lugar donde dejamos de lado los juicios y los prejuicios, donde podemos acercarnos a percibir quiénes somos, aunque sea por un corto instante. Llevemos la filosofía del mat a la vida cotidiana.

Namasté. 

Fuentes:

- Iyengar, Prashant S.(primera edición, nov. 2018) , La Ciencia Yóguica de los Órganos y los Sentidos, Editorial Kairós.

- Sastre, S.: La propiocepción, ¿qué es y para qué sirve? (15/1/2023) www.barnaclinic.com

- Iyengar, B.K.S., (1979) Light on Yoga, Schocken Books, Random House Inc, N.Y.

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